martes, 11 de agosto de 2020

Jardines Espectaculares de Madrid

Hooola muchach@sssS!!!

Cómo estáis ¿?¿? 

Hoy os traigo una entrada que me sirvió muchísimo en su día y que voy a copiar tal cual de la revista Timeout.es.

Espero que os resulte igual de útil e interesante como me lo pareció a mi.

Vamos allá!!!

MADRID esconde muchos secretos en sus calles, plazas y edificios. Y uno de los mejores guardados es el de sus JARDINES Y PARQUES OCULTOS. Además de la Casa de Campo o El Retiro, la ciudad cuenta con otros espacios verdes más pequeños, menos accesibles pero con mucho más encanto. Hablamos de una rosaleda apenas conocida, un mini oasis en pleno centro o un rincón escondido en un museo donde tomar un café rodeado de naturaleza.


* Jardín del Príncipe de Anglona


En un olvidado rincón de la plaza de la Paja, en pleno barrio de La Latina, se encuentra este jardín escondido. Una tapia de ladrillo guarda celosamente el secreto mejor guardado del Palacio del Príncipe de Anglona, quien habitó el edificio y paseó por su jardín en el siglo XIX. En el centro del recinto se sitúa una pequeña fuente de piedra desde la que salen varios caminos empedrados. También cuenta con un cenador de hierro y una pérgola que se convierte en una colorida rosaleda en primavera. 


* Huerto de las Monjas


Es uno de los jardines secretos con más encanto de Madrid. El Huerto de las Monjas estuvo protegido por los muros de un convento de monjas que lo utilizaban a su vez como huerto. Se accede a él tras atravesar un pasaje de edificios modernos en el número 7 de la calle Sacramento. En 1972 se demolió el edificio religioso para construir bloques de viviendas aunque, por suerte, el jardín se mantuvo intacto. En el centro hay una pequeña fuente con tres querubines de bronce. No hay nada tan relajante como sentarse en uno de los bancos a escuchar el rumor del agua. Silencio y tranquilidad en plena ciudad.


* Jardín Secreto de Salvador Bachiller


Sobre la riada de turistas, prostitutas y compradores de oro de la céntrica calle Montera, se encuentra un pequeño oasis urbano donde desconectar del bullicio de la ciudad. Además de disfrutar de su vegetación natural, de sus enredaderas y flores que aromatizan este bucólico rincón en primavera, podréis disfrutar de un salón de té sacado de un cuento de hadas que os recibirá en la última planta de la tienda de Salvador Bachiller, donde tomar desayunar al aire libre, picar algo ligero de comer y relajarse con una copa al salir del curro.


* La Quinta de los Molinos


Casi al final de la calle Alcalá se esconde un parque apenas conocido por madrileños y turistas, aunque el boca a boca está logrando que cada vez esté más concurrido, especialmente los fines de semana. La Quinta de los Molinos sería un rincón verde más de la capital si no fuera porque en su interior se resguardan más de 6.000 almendros que ofrecen un espectáculo único para los cinco sentidos cuando florecen. Las tonalidades rosas y blancas tiñen este jardín y un olor embriagador atraviesa los muros.


* Jardín del Museo Sorolla


Joaquín Sorolla fue un auténtico exponente del 'luminismo', la celebración de la luz. Su museo es pequeño y encantador, y está ubicado en la mansión construida por el artista en 1910 para pasar sus últimos años. Hoy cuenta con 250 obras que se exhiben en la planta principal. El salón, el comedor y la sala de desayuno conservan su decoración original. Uno de sus mayores atractivos es su jardín, de inspiración musulmana pero con una pérgola de estilo italiano, un tranquilo oasis de calma en medio del caos de la gran ciudad.


* Jardín de la Casa-Museo Lope de Vega


El dramaturgo y poeta más prolífico de España, Félix Lope de Vega Carpio (1562-1635), pasó sus últimos 25 años en esta sencilla y tranquila casa de tres pisos. Por extraño que parezca, la calle en la que se encuentra lleva ahora el nombre de su rival, Cervantes (que, curiosamente, está enterrado en un convento en la cercana calle Lope de Vega). La casa y el encantador jardín son notables supervivientes de la época de Oro española y merecen una visita. Los muebles y adornos son reproducciones del inventario de la casa de Lope de Vega.


* Fundación Olivar de Castilejo


Para visitar este magnífico olivar no es necesario salir de Madrid. A pocos metros del Estadio Santiago Bernabéu se sitúa este espacio verde y su fundación, conserva intactos más de cien olivos centenarios junto con almendros, jaras, retamas y al borde de las parcelas, romeros. En su jardín se organizan diferentes actividades culturales, entre ellas un cine de verano que atrae a decenas de madrileños los meses de julio y agosto con los mejores estrenos del último año.


* Rosaleda del Parque del Oeste


Esta rosaleda de más de 30.000 metros cuadrados de extensión es el rincón perfecto para una cita, para probar tu destreza con la fotografía o simplemente para dar un paseo entre bellas flores, fuentes y arbustos. Fue construida en 1956 por el jardinero principal del Ayuntamiento de Madrid, Ramón Ortiz. En el centro se sitúa un estanque con nenúfares sobre los que reposa la escultura de una ninfa. En las pérgolas distribuidas por todo el parque puedes encontrar más de medio millar de variedades de rosas.


* Jardín del Museo del Romanticismo


Escondido en un jardín interior se encuentra este precioso café y salón de té con tartas y bollería casera, perfecto para cualquier desayuno o merienda. Está situado en el Museo del Romanticismo, el entorno perfecto si las obras de Gustavo Adolfo Bécquer, Goethe, Lord Byron o Rosalía de Castro te llegaron al corazón. El museo contiene una encantadora colección de más de 1.600 piezas que incluyen muebles, pinturas, vajilla, pianos... que se enseñan al público tras una profunda reforma que tuvo cerrado este espacio ocho años, para reabrir en 2009.


* Rosaleda de San Francisco


Junto a la Basílica de San Francisco el Grande, en el barrio de La Latina, se encuentra este pequeño parque, dividido en varios parterres de rosas (antes dalias). Eclipsado por la majestuosidad de la iglesia adyacente, este mirador es uno de los mejores y más tranquilos lugares de Madrid para contemplar un bonito atardecer. El grupo escultórico de ‘San Isidro’, obra de Santiago Costa, preside el recinto. Un rincón ideal para una cita romántica.

Cocíais estos rincones ¿?

Como veis, Madrid no es todo asfalto como much@s puedan pensar (y entre ell@s me incluyo, pues es lo que pensaba al llegar aquí), tiene zonas escondidas, preciosas que harán los gozos de toda aquella persona que decida pasar un ratito agradable.

Espero que la entrada de hoy os haya gustado tanto como a mi me ha gustado transcribirla.

Nos leemos.

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